Plumaje general pardo negruzco con la garganta blancuzca. El pico de este vencejo (como en golondrinas y aviones) es corto y ancho para facilitar la labor de caza. Tiene alas largas y estrechas, y la cola bastante ahorquillada.

Es un ave muy ligado a los pueblos y ciudades, que está acostumbrado a convivir con el hombre. También está presente en campo abierto, cazando o incluso nidificando, requiriendo en estos casos lugares favorables donde ocultar el nido, tales como edificios ruinosos, cortes rocosos o puentes.

El Vencejo común pasa todo el día en el aire, posándose únicamente en el nido y para dormir, aunque hay expertos que piensan que algunos individuos pueden dormir incluso en el aire (se han realizado audiciones nocturnas). Es un auténtico dominador del vuelo, que se desplaza a una velocidad media de 40 km./h, si bien puede llegar a alcanzar velocidades superiores a los 160 km./h. Se lanzan temerariamente contra los edificios esquivándolos con una gran precisión haciendo alarde de unos grandes reflejos. Sin embargo, a pesar de este gran dominio aéreo, cuando por alguna causa ajena a su voluntad ha de tomar tierra se convierte en una presa fácil, ya que sus patas son muy cortas con lo que apenas puede andar, ni tampoco levantar el vuelo, ya que al no tener la altura de patas ni el impulso suficiente las alas chocan contra el suelo imposibilitando el despegue. Al igual que golondrinas y aviones, el vencejo común es un ave estrictamente insectívora, y su viaje a los cuarteles de invierno se adelanta con respecto a aquéllos.

Nidifica en oquedades, bajo las tejas, canalones. Si alguna ave amenaza la seguridad del nido los adultos atacan al intruso con vuelos rasantes.

Los primeros individuos empiezan a observarse a mediados de abril, llegando el grueso de la población a finales de mes y principalmente a comienzos de mayo. Abandonan sus territorios de cría entre mediados del mes de agosto y mediados de septiembre.