Tiene la cabeza castaño anaranjado, con el píleo más oscuro; las partes superiores son pardas y listadas de ante; el cuello y las partes inferiores son grises, y los flancos están listados de castaño; en la parte inferior del pecho tiene una macha castaño oscura en forma de herradura; los lados de la cola son rojizos. La hembra se distingue por ser más pequeña y por tener la mancha de pecho poco marcada. Los jóvenes son pardos y listados, y no tienen la mancha abdominal.

Es un ave que gusta de vivir en terrenos claros, pastizales de montaña con matorral de bajo porte.

Por sus hábitos y forma de vida se parece mucho a su pariente Perdiz roja (Alectoris rufa). Prefiere moverse por el suelo, y levanta el vuelo sólo cuando es imprescindible. En vuelo se desenvuelve con una gran soltura sorteando arboles y arbustos, haciendo alarde de un volar poderoso que ejecuta a poca altura del suelo. En estado de alerta adopta una actitud estática, con el cuerpo erguido y el cuello estirado. Una gran parte de la dieta de la Perdiz pardilla tiene componente vegetal, que se completa con insectos y lombrices de tierra. Fuera de la época de cría tiene carácter gregario.

Sólo nidifica de forma esporádica en zonas de alta montañaa de las sierras de la Demanda y Neila. Entre febrero y marzo se forman las parejas. Durante el celo, los macho mantienen disputas por cuestiones de territorio, peleas que se llevan a cabo en las primeras horas matutinas y en las horas del atardecer. Superada esta fase, las parejas se instalan y permanecen unidas durante todo el proceso de cría. Las puestas se realizan entre abril y junio, en una excavación somera oculta entre la vegetación a la que tapizan con hojas y hierbas. La hembra incuba los 9-20 huevos durante 23-25 días, mientras el macho vigila en las proximidades. El motivo de tan altas puestas es simple: tienen que asegurar su supervivencia pues un alto porcentaje de polluelos mueren en los primeros días de vida, ya que son muy frágiles a las inclemencias meteorológicas. Las jóvenes pardillas aprenden a volar en poco más de 2 semanas, aunque permanecen unidos a sus padres en el bando invernal. Será en la primavera siguiente, tras la disgregación del bando, cuando inicien la completa emancipación.

Sus áreas de distribución se concentran en las sierras de la Demanda y Neila, donde se trata de una especie sedentaria y escasa.