El macho tiene la parte superior de la cabeza negra que nos recuerda a la Curruca capirotada, aunque bien observado podemos comprobar que la superficie negra está más extendida llegando hasta debajo del ojo; por encima es pardo grisáceo, siendo blancuzcas teñidas de rosado las partes inferiores. Hembra muy parecida al macho, pero con la cabeza grisácea.

Bosques claros y terrenos abiertos en general con abundante matorral y presencia de arbolado disperso. Común en jarales.

La Curruca mirlona pasa gran parte del tiempo entre la maleza y en los árboles en busca de insectos con los que alimentarse.

Nidificación:

Una sóla puesta por temporada, que realiza generalmente en mayo o comienzos de junio. La puesta consta de 4 o 5 huevos blancos con manchas negras en el extremo redondeado y más dispersas y levemente marcadas en el resto. El periodo de incubación es de 12 días, recayendo el mayor peso de la misma en la hembra. Durante este periodo, la hembra es muy reacia a abandonar el nido. El tiempo de permanencia de los jóvenes en el nido es similar al de incubación.

Llega a Burgos hacia finales del mes de abril y comienzos de mayo. Pasado el verano, a lo largo del mes de agosto, abandona la provincia para pasar el invierno en tierras africanas.